CARTA:
Como recordareis, soy el ex novio de Martine. Aquel hombre con el que pasaste un verano estupendo, cuando íbamos a las montañas a disfrutar aquellos maravillosos atardeceres. Hasta que vuestro padre nos separó y no nos pudimos ver más. Esa situación fue espantosa, y tuve que huir a París.
Esa mujer que acabáis de recibir en vuestro hogar, se llama Babette, una mujer maravillosa. Es muy amable y simpática y puede hacer todo lo que se le proponga. Tiene treinta y ocho años y no tiene ni familia, ni amigos. Solo vive con un hombre que abusa de ella y la maltrata.
Os preguntaréis porque ha llegado a vuestra casa; Esa respuesta la podréis desvelar mediante estas palabras: Cuando llegué a París encontré un pequeño trabajo en una pastelería, hasta que poco a poco conseguí que fuera mía. Todos los días venía una pareja feliz y enamorada. Me iba haciendo amigo suyo, hasta que el chico murió. La mujer dejó de venir, y yo, preocupado, fui a buscarla, pero no la encontré. Un día, paseando por las orillas del río Sena, vi pasar una mujer acompañada por un repugnante hombre. Me fijé en el, tenía la cara pálida y amargada e iba dando empujones a la chica, hasta que tropezó. Fui a socorrerla y cuando levantó la cabeza me di cuenta de que era Babette. Mientras se levantaba, me susurró que le ayudara. Me dijo donde vivía y a la mañana siguiente fui a buscarla. Aquel día hacía un tiempo terrible. Toqué el timbre y bajó con dos pequeñas maletas. La llevé a la estación del tren, de donde os mando esta carta.
En definitiva, me gustaría que acogierais a Babette en vuestro hermoso hogar. A cambio, ella será vuestra asesora personal. Tiene muchas dotes culinarias. Os limpiará la casa y os preparará la comida.
Un caluroso saludo, Gastón